miércoles, 10 de junio de 2020
La prensa
Leer eldiario.es me parece sórdido. Con el avance de la técnica, la incorporación de la barbarie neuropolítica, el asalto contra la cultura y la gestión del ciclo de las emociones, Goebbels está quedando como un aprendiz rudimentario, aunque mortífero. El amateurismo despreocupado de los pioneros, en contraposición al monopolio de los que han establecido industria, o industria multinacional. Leni Riefenstahl tenía vocación artística, García Ferreras tiene vocación obscena. La pulcra pantalla del panfleto de Escolar mancha, mancha el cerebro, cada neurona que conquista se alza como una celebración de la muerte. Todo es necropolítica, a pesar de que hayan borrado los cadáveres que, literalmente, yacían por las esquinas. Será miserable recordarlos como, contaba Finkelstein, a los supervivientes del Holocausto, en los primeros años, los tenían por mentirosos o aguafiestas. Somos los aguafiestas que no pudisteis matar. Comprasteis todos los medios, a unos les pagáis por difamar, a otros les pagáis por callar, pero mi cabeza es una sinfonía que nunca callará. Nunca callará.
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