viernes, 19 de junio de 2020

Bob Wills

Son las cuatro de la mañana, los altavoces esculpen unas melodías que una vez fueron discos de pizarra, en ese extraño estilo, el Western Swing, sin continuadores, que está en el country y con un pie en las orquestas y con otro se propulsa hacia apuntar muchas cosas y no dar ninguna, a perderse en el espacio y a no perder vigencia. En cierta medida, creo que alguna orquesta gallega podría afinar algo de esto, pues no hay que olvidar que, mucho más importantes que Los Planetas, para nuestra cosmovisión, son Los Satélites. A Pucho Boedo se le hicieron algunos homenajes pero no se encuentran sus canciones, aunque no son esas las que recupero, sino a Bob Wills, el pionero country, Bob Wills y sus Texas Playboys. Miro la foto y es la típica furgoneta de las bandas country, la de la película de los Blues Brothers, la de toca en la menor, que es un tono country, y tocan "Látigo", pero aquí no tocan "Látigo", porque lo que sale por los altavoces es pura pizarra, pura antigüedad anacrónica, a veces lejana, a veces perfecta, es pura ensoñación del tiempo, y quiero ser un Texas Playboy, que no un playboy de Texas, y ya dejo de inventar y sigo en mi quehacer, en mi quehacer de teletrabajar un sábado de madrugada, muy por debajo del salario mínimo, de cagarme en tó, en apandar y en tratar de no agotarme, porque habrá más discos de pizarra y habrá más sueños y no tardarán en propulsarme al infinito.

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