domingo, 21 de junio de 2020
Continuidad
Me gusta poner el dedo en una esquina de las fotos que saco. No lo hago a propósito y sé que puede editarse, pero quién quiere editarlo. Ese dedo manchando el encuadre de la imagen, esa presencia humana que recuerda los carretes, la espera del revelado, la sorpresa final, la improvisación, el imprevisto. La participación humana en todas las cosas del mundo, en todas las cosas del mundo que era y que sigue.
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