Epidemia, confinamiento, virus. Parecen títulos de canciones de un disco de metal extremo. A pesar de que el subgénero médico, más centrado en la putrefacción, la descomposición y la miseria moral y ética, se posicionaba con el death o el grind, una temporada apacible nadando en la nada de tu domicilio mientras el exterior sufre catástrofes extrañas requiere thrash metal. Sentido rítmico y técnica precisa. Sentimiento bruto, pero sin brutalidad. El sentido de los tiempos, con pasión, sin agonía. Los que van a morir te saludan. Construyendo algo grande.
Y abajo el Gobierno - paréntesis eliminable del poema. Subtexto social, en cada disco, en cada latido; en cada respiración. Respirar o no respirar. Esa es la cuestión.
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