Las personas de twitter también mueren

Tenía 18 años y un ansia de aprender excepcional. Tocaba un instrumento de viento, estaba obsesionado con rescatar el socialismo, hablaba con seguridad y mostraba un camino, a veces errado, a veces no. Tuiteaba desde el hospital mientras se recuperaba. Seguía haciendo hilos sobre la historia de la lucha de clases. Murió la semana pasada y nos dejó huérfanos de futuro. Las personas que no conocemos y que guían el porvenir. Allá donde te las encuentres, pisa por donde pisan, para que su huella permanezca y te permanezca, para que el socialismo, este socialismo, no tenga fin.