miércoles, 11 de junio de 2008

EN DEFENSA DE LA HUELGA

Aunque apenas conozco la realidad del sector del transporte, voy a intentar esbozar algunas reflexiones aceleradas.
En primer lugar, debe constatarse que, por parte de los sindicatos amarillos, se insiste en que la huelga no se trata de una huelga, sino de un cierre patronal. Pero, por lo que parece, existen en el sector varias patronales, incluyendo a la gran patronal, furibundamente contraria a la huelga pero presente en las negociaciones para promover sus propios intereses, y a al menos tres pequeñas patronales, las convocantes de la huelga, que representan a las pequeñas y medianas empresas y sobre todo al conjunto de transportistas autónomos, que son a todos los efectos trabajadores a pesar de que jurídicamente no se les reconozca como tales debido a que poseen la propiedad (o más bien la hipoteca) de su medio de producción individual, el camión. Presenciamos, entonces, un singularísimo cierre patronal, dirigido, entre otros, contra la gran patronal, que pretende expulsar del sector a las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores autónomos.
A continuación pueden examinarse los argumentos antiobreros postulados por el actual Gobierno neoliberal. Estos van desde que carece de competencias para aprobar las medidas que se le exigen, puesto que corresponderían a la Unión Europea, ese ente metafísico con el que ningún Gobierno dice tener ninguna relación, hasta que si se cede ante las demandas del sector entonces otros trabajadores plantearían reivindicaciones análogas e incluso se atreverían a hacerlo mediante la huelga: ¡qué malvados, menudo sacrilegio!
Si el Gobierno duda taimadamente acerca de sus propias competencias, hay que señalar que desde luego que tiene capacidad para modificar los impuestos, entre ellos la tasa especial sobre los hidrocarburos, y que no está claro que la legislación comunitaria impida la regulación de precios, sin duda la más prometedora de las reivindicaciones presentadas. Pero un Gobierno que se enfrenta con saña a los trabajadores, como es el caso, jamás dejará que la regulación de precios se ponga seriamente sobre ninguna mesa de negociación, y eso que curiosamente no tendría ningún coste sobre los presupuestos del Estado, esto es, favorecería objetivamente los intereses públicos. Imaginemos que se aprueba la regulación de precios en el sector del transporte; entonces los trabajadores que no pueden acceder a una vivienda o hacer frente al pago de sus hipotecas solicitarían la regulación de precios en el mercado inmobiliario. Qué insensatez, habrase visto, y además con coste cero para el Estado: por ese camino sin saberlo acabaríamos viviendo en un país en trance de convertirse en Corea del Norte.
No, un Estado neoliberal que se precie debe de negarse a negociar con los huelguistas, enviar a las fuerzas represivas a acabar con ellos y negociar exclusivamente con la gran patronal: sustentar el dumping ilegal que ésta practica contra el resto del sector, ofrecerles beneficios fiscales que asumen las finanzas públicas y por tanto que sufraga el conjunto de los trabajadores y reafirmar la unidad de España como bonus track mientras se anima a la selección en la Eurocopa. Por algo estamos en un Estado Social y Democrático de Derecho.
De esta forma, tal como predica el capitalismo triunfante, los problemas de los trabajadores no son sino problemas de carácter individual, pertenecientes al ámbito privado, y los perversos y lombrosianos huelguistas se comportan con desmesurado egoismo pretendiendo tomar como rehenes a la ciudadanía. Pues bien, cuando la clase trabajadora ve amenazada la supervivencia de sus propios puestos de trabajo, tiene el derecho moral a tomar cuantos rehenes encuentre a su alcance, y si estos insisten en autodefinirse como "ciudadanos" recubriéndose con una aureola de inocencia y ajenidad los huelguistas deberían, como mínimo, además de retenerlos, pintarles con spray en el coche algo así como "sois gilipollas", porque... joder, pues porque son gilipollas. Pero mantengo una (coyunturalmente escasa) cordura y sé que la consciencia de clase no ha llegado todavía a ese nivel de desarrollo por más que se trate de trabajadores en lucha descarnada por su supervivencia. Ni tampoco llegará, o si no ese día el discurso de la unidad de España se lo devolverían a hostias a los políticos profesionales los obreros, por ejemplo, de Burgos y Valladolid (y antes ganará la selección nacional iraní un mundial de fútbol que suceder tal cosa).
Abandono ya estas reflexiones que se aproximan por momentos a "ofender a casi todo el mundo", no sin antes decir que para lo que sí tienen competencias el Gobierno y la Unión Europea es para aprobar la jornada semanal de 60/65 horas. Y pensar que la jornada laboral de 8 horas diarias databa del siglo XIX... Ya somos modernos y flexisecuritarios. Oh oh oh.

4 comentarios:

Caín dijo...

Como mínimo, tengo que decir que me ha encantado leer tu post. El día que los suficientes de nosotros nos cabreemos de verdad tendremos alguna posibilidad, y al paso que vamos no creo que nos muramos sin verlo.

Moncadista dijo...

No tengo claro que las reivindicaciones de los transportistas autónomos sean ni siquiera economicistas (que no económicas). Son pequeñoburgueses, puteados por el capital monopolista, pero ese andar entre 2 aguas les hace luchar por unas reivindicaciones no de clase (no piden que baje el precio de la gasolina, que también pagan el resto de trabajadores, sino que se lo subvencionen SOLO a ellos), insostenibles (transporte por carretera), no se reconocen como trabajadores sino como empresarios...y lo más importante, no se sumarán a una huelga general.
estoy escribiendo más en www.moncadista.org

A.O. dijo...

Estimado Moncadista: No discuto que la huelga pueda tener un cierto carácter "pequeñoburgués". Desde un punto de vista teórico, las clases populares también pueden apoyar a partir de sus intereses objetivos reivindicaciones de la pequeña burguesía dependiendo de la fase de desarrollo de la lucha de clases existente.
Aún así, atribuirles a los trabajadores autónomos una mentalidad empresarial me parece un tanto excesivo, puesto que si la tienen ello no les diferencia en nada de la mayoría de los trabajadores, a los que la alienación capitalista ha dotado en las últimas décadas de esa mentalidad empresarial dominante. En mi opinión el problema principal radica en la inexistencia de sindicatos de clase que intenten extender la huelga a los trabajadores asalariados del sector. Lo que ha sucedido es que en lugar de lo anteior, el brazo sindical de la patronal (UGT-CCOO), como no podría ser de otra forma, se ha alineado con quienes financian su estructura mafiosa, el Estado y el Capital. Con esta situación, realmente ni sé ni me importa si los huelguistas de hoy se adherirían a una huelga general, ¿qué huelga general? ¿quién la convocaría? ¿cuándo?
Ojalá los trabajadores autónomos del transporte "bailasen entre dos aguas", serían buenas noticias, pero sólo bailan contra una única corriente patronal. Asumiendo que el reflujo del movimiento obrero nos ha dejado casi en la Nada, quizá lo admita, seguramente sea una huelga con matices pequeñoburgueses, pero no me importa en absoluto, porque es una huelga con reivindicaciones que pueden compartirse desde un punto de vista de clase, y además que exige que el Estado juegue un papel en la economía como mínimo a través de la aplicación de instrumentos reguladores (una cuestión extremadamente valiosa en el contexto actual de desmantelamiento del Estado en lo que respecta a su función social, que no a su capacidad represiva).
En todo caso, agradezco tu comentario y también los demás comentarios aparecidos en este blog (que nunca había intentado expandir su número de lectores) en los últimos días. Un saludo a todos.
PD. No tengo ni idea de cómo este post ha aparecido convertido en un artículo de rebelion.org. Es un honor creo que excesivo. No lo hubiese imaginado (y al menos hubiese intentado escribirlo un poco mejor).
PD 2: "Al paso que vamos no creo que nos muramos sin verlo" (Caín). Todavía creo en ello. Un saludo.

Anónimo dijo...

Demasiado ha tardado rebelion.org en descubrirle, gran maestro. Me alegra ir observando su escalada mediática en la blogosfera.