viernes, 6 de junio de 2008

EL TROMPETISTA DE LA REVOLUCIÓN (panfleto)

Se jodió la Casa Blanca
ahora voy a explotar con estilo
en el nombre de Filiberto Ojeda Ríos
tumbaron al hombre pero no a la idea,
para explotarle a esos cabrones los colmillos
hay 3.9 millones de cuchillos
esto es sencillo
se me prendió el bombillo
en vez de apuntar a los mismos caseríos
apuntar para arriba para donde hace frío
en el nombre de Filiberto Ojeda Ríos,
murió desangrado mi gente que murió desangrado
pero nunca arrodillado
(Calle 13. "Querido FBI")

Dejando de lado la anécdota, las idas y venidas musicales e ideológicas de Calle 13, transcribo desordenadamente fragmentos de su primera canción digna y paso a centrarme en Filiberto Ojeda Ríos.
Si bien una biografía estrictamente cronológica establecería que fue primero trompetista y después revolucionario profesional con las armas en la mano, cualquier amante del jazz de verdad negaría que ambas condiciones, ambos compromisos, pudiesen disociarse fácilmente. Así que, en mi particular visión de las cosas, debería aceptarse sin discusiones que el insigne patriota puertorriqueño (boricua) tocaba la trompeta y estaba orgulloso.
Reconozco que no se me da bien escribir merecidas hagiografías. Dudo acerca de qué resaltar: su opción por los pobres, la forma en la que encarnó la liberación nacional, su larguísima trayectoria guerrillera... Siempre clandestino y siempre machetero; fiel al Ejército Popular Boricua que contribuyó a crear y que era conocido por su otro nombre: los Macheteros. Definitivamente, no hubo sombras en sus acciones ni en sus ideales. Y al final termino volviendo a la demostración última, su muerte, asesinado por el FBI en el 2005 a la edad de 72 años, dejando que se desangrase durante horas para evitar que el pueblo acudiese a la cárcel o al hospital en su rescate, enterrado por multitudes que nunca perdonarán el oprobio del crimen ni la ocupación colonial. Non importa que nos maten se deixamos semente de vencer.
Ha pasado tiempo y sigo teniendo muy presente a Filiberto Ojeda Ríos. Del mismo modo en el que la Patria Grande es hoy bolivariana, Nicaragua sandinista y México zapatista, estoy convencido de que algún día habrá un Puerto Rico libre que será filibertista. Y todas las palabras que pueda dedicarle resuenan torpes. Salvo su grito: Todo boricua, machetero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Rimas consonantes de ínfima calidad, hermano. Prefiero a Delfín.

Anónimo dijo...

Ya sé que la letra es muy mala, pero me pareció curioso que tuviesen un tema dedicado a Filiberto.
Un abrazo.
A.O.