lunes, 15 de abril de 2024

Oriente Medio solo tiene una opción


Hay tres opciones de futuro fuera del statu quo que se fue:

1. Equilibrio estratégico, golpe por golpe a la entidad sionista hasta generar disuasión, tal como estableció la doctrina Nasrallah-Soleimani para Líbano Sur, ahora a gran escala. 

2. Eliminación mutua, desde la destrucción masiva al uso nuclear. Desaparición de la región del sistema-mundo y las cadenas globales de valor.

3. Desestatalización. EEUU e Israel han impuesto la desestatalización a sus enemigos: Iraq, Siria, Líbano, Yemen, puede que en sus deseos e informes Irán. Se trataría de contrarrestarlo con una idea más sencilla, apacible y consistente: la desestatalización de Israel. 

Existen tres escuelas de las relaciones internacionales. La escuela realista, la que nos permitió sobrevivir al siglo XX, apostaría por la primera opción. Por eso Walt y Mearsheimer convergen con Palestina y los Ayatollahs, en la nueva coalición por la razón.  

Otra coalición, formada por estadistas, fanáticos del tercer templo y mercaderes de río revuelto, ponen los dados en eliminar mediante la fuerza al otro. El uso de la fuerza se ha considerado un signo de comprensión de un mundo internacional regido por relaciones de fuerza recubiertas de parafernalia varia. No hay nada menos realista que considerar que se puede hacer uso de una fuerza ilimitada, cuando toda fuerza es limitada. 

El reconocimiento del equilibrio estratégico traerá cambios progresivos que saquen del pantano a Oriente Medio. Si los que niegan el equilibrio estratégico desatan una pretendida fuerza abrumadora, ésta solo traerá la desestatalización de Israel. De un modo u otro, lento o menos lento, se hará la justicia prometida. 

El triunfo comenzó el año 2000, cuando los vimos huir. 

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