sábado, 23 de enero de 2021

Rudimentarismos

Se acepta que la Primera Guerra Mundial fue una pugna interimperialista entre el capital, pero no se acepta que la relación entre las diversas facciones del capital es conflictiva, a veces, de una virulencia feroz. Sin embargo, la lucha final entre el capital nacional y el capital global tomará forma de contienda política sanguinaria, se saldará con una revolución. Una nueva revolución burguesa. 

Y en eso estamos. Combatiendo a los nuevos burgueses e ignorando a los viejos. O apoyando a los nuevos burgueses frente a los viejos. Ese es el bipartidismo (no democrático) en el que nos metieron. Y no remitirá.

Fin de la profecía, comienzo de la película de sobremesa. Porque se junta la trascendencia de las profecías, y la banalidad del mal de los telefilms. Y por eso debemos salir del marco y no mirar.  

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