En el fondo, no hay nada que deprecie más que la gloria. Por eso mi gran Bartleby la sabotea. De hecho, estaba escribiendo la sabotea, y sin querer puse la sobetea. Porque la gloria es para babosos. O para pequeños hombrecitos que no valen para nada más.
Escucha pequeño hombrecito, diría Wilhelm Reich, quédate tu gloria y tu juguete. Pero no molestes. O tendré que entretenerme de nuevo en el camino que no hago.
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