sábado, 22 de junio de 2019

Nobody said it was easy

"Rockin' is my business, and business is good", bramaban The Four Horsemen con orgullo pendenciero. Sin embargo, su cantante, el temerario Frank C. Starr, se mató en un accidente, negocio ni había ni hubo, y menos para los que personificaban su antítesis, y lo que nos legaron fue esta explosión, esta explosión de sueños hechos guitarras, hechas oxígeno, hechas leyenda...
The Four Horsemen: una leyenda para los que estamos hartos de todas las leyendas.

No hay comentarios: