miércoles, 6 de marzo de 2019

El comercialismo formal de los ochenta

Los ochenta, esa década de consumismo desaforado que coexistió con una URSS vetusta y un Japón exultante, que tuvo asimismo un underground fecundo y una música comercial decente.
La música negra llegó a la radiofórmula, dándole un poco de empaque al pop. Michael Jackson, Prince, Terence Trent D'Arby, Whitney Houston, Tina Turner... Rick James. Hasta Rick James. También estaban los que se consideraban carentes de talento: Madonna, Pet Shop Boys, George Michael. Creo que no muy carentes de talento.
Sí era cierta la banalidad. La banalidad del Mal a través del consumo. Los sintetizadores como artificio propagador del Mal. Los 40 Principales, los 40 Criminales. La cultura del hit, la crítica a su hegemonía omnipresente. La abundancia y la cárcel en inextricable compañía. El underground como disidencia mítica, expandiéndose invisible como en las más palpitantes novelas.
Volvamos a mirar a la cima. A los éxitos ineludibles de las listas. Con sorpresa encontramos que la letra de "In The Army Now", esa anomalía en la trayectoria de Status Quo, no estaba sola. Porque, en respuesta a la guerra de las Malvinas, y abandonando su boogie habitual, Status Quo envolvieron en dulzura melódica del gusto de la época la mayor crítica antimilitarista que se recuerda. O los Housemartins, que en "Sheep" se quejaban de que nos trataban como a ovejas. Eso era el mainstream, británico y universal. Pero habría otras cosas, podríamos pensar. Efectivamente, música envuelta en frivolidad, como las canciones del verano. "Joanna", de Eddy Grant. Una oda a Johannesburgo y a la lucha antiapartheid. ¿A que no lo sabías?
Como quiera que fuese, parecía que los teclados y la imagen convencional del pop, del synth pop, del tecno pop, por fuerza debía de carecer de contenido. Y entonces emerge Red Wedge. Una gira anti-Thatcher que, junto a los sospechosos habituales, junto a Billy Bragg y compañía, tuvo una prominente participación de la nueva escena. Communards, que por su nombre ya apuntaban, pero también Heaven 17, Bananarama, Ultravox...
Red Wedge. Combatieron el autoritarismo y en eso perdieron. Pero lo hicieron ¡con sintetizadores!

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