sábado, 26 de marzo de 2011

EL PARO

Creo que tengo derecho a hablar sobre el paro, es más, creo que tengo derecho a hablar sobre el paro perpetuo. Destruye. Destruye la situación actual y destruye la falta de expectativas, los nulos horizontes, lo que vendrá después, y después, y después.
Los trabajadores no saben nada sobre el paro. Suponen que, estando en un "escalón superior", han hecho algo para merecerlo que los demás no. Se permiten hablarte de forma paternalista, dar consejos que resultan humillantes. Cuando en este país todo se consigue por enchufe, o, más minoritariamente, por empatía subjetiva o por azar. ¿De qué estoy hablando? Si el enchufe es el mecanismo oculto de organización de esta sociedad que explica casi todas las cosas, la empatía subjetiva es el encaje en lo que quiera que se defina por españolidad. El azar significa azar. Un fenómeno raro. El azar es mi esperanza de entrar a formar parte algún día de la rueda de la esclavitud laboral, lo que deseo con todas mis fuerzas. Claro que de eso hasta me excluyen por "viejo", aun faltándome 35 años para la edad de jubilación oficial.
Vivo en el agujero negro de Europa. Nadie protesta y los que se quejan lo hacen por los motivos equivocados. Una vez, en una manifestación en 2003, llevaba el megáfono en la mano y empecé a gritar: No existimos. NO EXISTIMOS. Entonces no estaba en paro, pero quizá intuía ciertas cosas, procesos, realidades.
Vivo en el agujero negro de Europa. Los trabajadores no saben nada sobre el paro. ¡Nada! Absolutamente nada.

No hay comentarios: