sábado, 15 de enero de 2011

ACTITUD

De la misma forma que el comunismo no es estrictamente una ideología, sino un movimiento, un movimiento multiforme que busca la emancipación social en todos los órdenes, la actitud no es una taxonomía; la actitud no se describe sino que se exalta, o se exalta a veces.

Para mí, en ese continuum de las cosas a las que se aspira porque valen la pena, hubo al menos cuatro momentos de una intensidad epistemológica afilada:
Jerry Lee Lewis/Jimi Hendrix. Vida incandescente indescifrable. Prender fuego y atraer al mismo tiempo. Instinto de creación, única Patria.
The Sex Pistols (o antes en secreto los Stooges). El aullido cósmico. Lo escuchas, tienes trece años y ya sabes lo que te espera. Nada volverá a ser lo mismo. Nunca nada volverá a ser lo mismo.
David Lee Roth. Descubrir excesivamente un nuevo camino. Quien no se haya sentido al menos unos segundos David Lee Roth no debería pisar tierra sagrada. Reescribo: Quien no haya sido capaz de sentirse David Lee Roth por unos instantes pisaba tierra sagrada y no lo supo.
Johnny Cash. Lo más difícil. Absolutamente quieto, condensarlo todo en un solo músculo. El gesto mínimo que delata la pureza. De negro y orgullosos, tratando de mirar a través de una eternidad que guiña el ojo.

No hay listas cerradas, hasta falta James Brown y otros tantos de los nuestros.

Pero Creemos en la actitud y Harvey Keitel es nuestro Profeta. Y eso es lo que cuenta.

No hay comentarios: