miércoles, 19 de noviembre de 2025

De la Razón de Estado a la Moral de Estado

Maquiavelo ha sido, positivamente, el autor más citado de la politología por su escisión de moral y política en la génesis del Estado moderno. La razón de Estado implicaba, con normalidad u horror, que el Estado seguía sus propias reglas, distintas de la moralidad de sus ciudadanos comunes, y que sus fines, relativos a la comunidad política, su destino o supervivencia, se imponían a las cosmovisiones religiosas que hasta entonces habían regido los órdenes del antiguo régimen o las cosmovisiones éticas que se desprendían del reconocimiento de los derechos individuales dentro del orden burgués. 

La Razón de Estado comprendía desde la justificación bajo determinadas circunstancias apremiantes del terrorismo de Estado o el crimen desde el Estado, hasta la incorporación de un principio de abstracción propio del Estado moderno, ciego a la diferencia, pero también defensor de la igualdad legal así como alejado del particularismo moral, o indiferente a aquel. La forma de Estado actual, emergente, está consolidando comunidades políticas cada vez más distantes del principio de abstracción. Si la Razón de Estado surge de la superación de la legitimación religiosa del orden político, a ella le sucede un orden en el que moral y Estado vuelven a fusionarse bajo nuevas premisas. 

El Estado se autoarroga funciones de dirección moral de la comunidad política. Lo hace con dos orientaciones que son una sola: la pretendida búsqueda de virtud, conjugada con la exclusión de los que no participan de ella. Los ciudadanos, en consecuencia, no constituyen la base del Estado, sino que es el Estado que elige a quién reconoce como verdaderos miembros de la comunidad política. Utiliza todo su aparato ideológico, primero, y coactivo, después, para ello. 

Y decimos coactivo porque esta Moral de Estado no solo sucede a la Razón de Estado, sino que conserva, propulsa y envuelve en su hálito su vertiente más criminal y más vil. Primero te pegan con la moral y después te pegarán con la fuerza. Por eso en este orden internacional se acerca inexorable la guerra. 

No hay comentarios: