Esto podría dar lugar a una ilusionante imagen en la que los cursos capacitantes generan puestos de trabajo para solucionar los problemas que en ellos mismos se creaban, y así se hallaba una nueva industria dentro de una industria dentro de una burbuja, pero no es más que desolación, desolación y pérdida de fe. Cuando doy clase no me hacen caso los alumnos y cuando soy alumno me martirizan los profesores. Menos mal que míos son los libros y la aurora... y la razón.
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