Ni un solo momento de los que estuvimos juntos estuvimos mal, y esa fue nuestra dicha y nuestro castigo.
Ni un solo momento de los que nos miramos cesó de hacerse magia, y esa fue nuestra irrealidad y nuestro refugio.
Ni un solo momento de los que nos pensamos huyó la intensidad, y esa fue nuestra incomprensión, nuestra necesidad de imposible olvido, nuestra condena.
Water Woman Paradise
Water Woman Paradoxo
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