viernes, 27 de febrero de 2009

UNA TARDE APACIBLE

Hoy por fin vi el viaducto de los suicidas. En realidad ya lo había visto antes, pero no sabía que era aquél. Vaya sitio tan feo para morirse.
A mí el suicidio me parece antiestético, por más que desde el existencialismo se pretenda argumentar lo contrario. Quizá sea la muerte la que siempre es antiestética y nadie pueda evitarlo.
Acostumbrado por inercia a intentar resistir en todos los frentes, creo en la resistencia, también, contra la aplastante lógica camusiana del suicidio. Que yo me suicide... ya les gustaría a esos cabrones.
No me suicido por fastidiar. Por fastidiar a los enemigos de clase. Y porque sería incoherente con los principios de la resistencia, con la larga cadena de determinaciones en la que estoy inmerso. Y porque Alice Cooper y el Capitán Marvel estarían en contra. Y porque es antiestético. Es feo.
Quizá lo que más me repele del viaducto, más allá del asfalto infinito, los coches pasando por debajo y la absoluta falta de decoro del lugar, sea que está en Madrid. Yo antes que suicidarme en Madrid me pego un tiro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja

yo en el peor de los casos me suicidaría comiendo pisto.
Tirándome desde el puente este que hay en Luxemburgo que no sé cómo se llama pero que es aún más deprimente, desde él hay una vista bonita y aséptica que parece una inyección letal.

Adcemás sería divertido hacerle perder el tiempo a un anónimo médico forense luxemburgués.

Me lo imagino, haciendo la autopsia y rompiéndose la cabeza para determinar si la muerte la ha causado la sobredosis de pisto o el politraumatismo craneoencefálico... valga la redundancia.

Qué ternurita.



En todo caso, el Viaducto me parece todo un lugar para quedar e ir en grupo a NO suicidarse.

Cronista Disperso dijo...

Hummm... Un no-suicidio colectivo, ¿eh? La verdad es que sí, hay conceptos que merecería la pena poner en práctica.

Anónimo dijo...

jaja,yo tambien macho,antes de suicidarme en Madrid me tiro por el viaducto ese que has dicho.