sábado, 30 de diciembre de 2023

¿Ha habido diez discos buenos en 2023?

"A las mujeres siempre les cuesta más", dice hasta el hastío un locutor de radio que presenta su lista por cuotas cuando el género musical al que dedica sus programas está fuertemente coprotagonizado por mujeres. Lo dice a propósito de Margo Price, y yo pienso en qué le costará más, cuando me he tragado tres discos suyos de éxito que no me han gustado hasta dar el giro que la lleva hasta "Strays", soberbio álbum que es lo que más he escuchado en este año. Indiscutible, como el de Grace Potter, otra mujer que tampoco me cae bien y que al fin se ha alzado tras una trayectoria irregular en "Mother Road". Disco de carreteras amplias y avanzar, mientras que el de Margo Price es un disco de marchar hacia el desierto, sentir, enchufar los instrumentos e interpretar sin interiorismo. Ambos van, por meandros diferentes y apetecibles, al origen de todas las canciones, a unas décadas atrás para tomar impulso. 

Y si hay un podio femenino sin cuota este debe completarlo Chhom Nimol, porque Dengue Fever han vuelto, más melancólicos y orientados a la tradición y más auténticos, con "Ting Mong", haciendo vigente la psicodelia camboyana una vez más. Tras un disco decepcionante y un paréntesis, un disco de reafirmación y profundización de sí. En similares circunstancias se encontraban The Answer, otros que retornaban tras habérsele atragantado la madurez, y otros que salen del hiato pero no terminan de abandonar el tedio. Y, si la cantante de Dengue Fever es sin duda una mujer que me cae bien, también lo es la igualmente imponente Nita Strauss, guitarrista referencial que en lugar de continuar el magnífico "Controlled Chaos", presenta el típico trabajo con sobredosis de artistas invitados y enseñarnos sus amistades en vez de seguirnos enseñando su creatividad. Al menos, ha vuelto a la banda de Alice Cooper, otro que ha lanzado disco, como Iggy Pop, en este poco fructífero año. 

Si hay tal cuota veterana, más que a ellos dos, debería adjudicársele a John Mellencamp, que en "Orpheus Descending" demuestra que no se apagará nunca. Van Morrison tampoco se apaga nunca y podría hacerlo, porque no necesitamos tres discos al año suyos. Empero, en "Moving on Skiffle" nos devuelve a un tiempo y un espacio desde el que lanzar una reivindicación, la superioridad del skiffle sobre los Beatles. Por eso Them eran mejores. Hasta su gruñón líder lo admite, permitiéndose por una vez este arrebato de nostalgia.

De una generación pareja, Paul Rodgers, sin que nadie se lo pidiese, saca a pasear en el inadvertido "Midnight Rose" el inmarchitable esplendor de su voz, del que no decimos inmarcesible porque no conocemos el antónimo. El rango vocal varía, pero la sabiduría lo compensa. Quien necesita algo de ayuda para sostener tal afirmación es Don Dokken, que firma el que será su último disco debido a sus problemas físicos. Canciones compuestas en los ochenta y nunca grabadas en el trabajo más emocionante con el que me he topado en estos meses, "Heaven Comes Down", en el que rezamos porque cada canción salga bien y sale bien, en el que sufrimos con él y lo queremos.

Yendo a parámetros más agresivos, Prong condensan la rabia en esperanza de seguir teniendo rabia más allá de la cincuentena. El álbum en el que más los he disfrutado, en el que más he buscado identificarme en esos saltos entre pasado y futuro en los que uno puede estar si sabe ejecutarlos. "State of Emergency", se titula no en vano.

Este año apenas ha habido death metal melódico, sin Children of Bodom, que publican su concierto póstumo. Aún no he encontrado fuerzas para escucharlo, tanto que los echo de menos. In Flames, con "Foregone", hacen que no nos olvidemos de este género como algo vivo. Pese a todo, están encajonados en una escena menguante, y la melodía no puede contrarrestar la desolación, tan nórdica pero tan vacía.  

Mientras tanto, en las colinas del metal verdadero, K.K. Downing y un Ripper Owens que se ha ganado mi simpatía plantan batalla a un Rob Halford que va a tener que esforzarse si quiere superar este "The Sinner Rides Again". KK´s Priest consiguen ser Judas Priest, a falta de que Judas Priest confirme si lo sigue siendo. 

Habiendo perdido la cuenta de las obras citadas, el ranking no obstante no debe cerrarse sin The Hangmen. Los Hangmen podrían editar un disco cada año y erigir todos ellos en disco del año. "Stories to Tell" no constituye una excepción. La búsqueda de la verdad en no demasiados acordes, y el deseo de que queden muchas historias que contar, cristalizando en la electricidad de los clubs con entradas baratas, poco público, nula repercusión y toda la trascendencia. Suya. 

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