jueves, 16 de noviembre de 2023

El porqué de la imposibilidad

Cuando lo friki era friki, la conversación pública tenía un conjunto de referencias cerradas. Si tus referencias no eran conocidas, éstas debían refugiarse generando una subcultura, una escena recóndita -o directamente ser conocidas por tres personas en un territorio, lo cual podía hasta acreditarse-. 

Cuando todo está al alcance, nada lo está. Lo friki no es friki porque el coste de acceder a ello es el mismo que a lo no friki. Si lo que es ampliamente compartido no puede segregarse de forma perdurable de lo que no lo es, no se genera de la misma manera cultura -ni cultura popular, ni subculturas ni contraculturas-.

Toda acción es individual, se difunde, se continúa, se consume, pero no se comparte, ni siquiera como consumidor. Por no dar lugar, no da lugar ni a una cultura capitalista. No permite ni ser negocio, solo nuevo negocio acoplado a otro. Otro negocio que tiene como base esta ruptura. 

Una conversación pública con infinitas referencias no deja poso y no puede hacerlo. He ahí la imposibilidad que da pie a esa ruptura.  

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