Ser un número, existir como situación social y colectiva, desde la fuerza del número. Bien saben lo que implica, por eso hacen trampa con las cuentas, por eso hablan del smi que nunca cobraremos, ni como desempleados ni como trabajadores, a tiempo parcial fijos-discontinuos por obra y gracia de Sor Yolanda y el PCE.
Yo una vez tuve un sueño. Soñé que cobraba el salario mínimo interprofesional, un año completo, en 14 pagas. Y después me desperté, y busqué mi número del servicio de empleo que me identificaba y me contaba, pero no lo encontré, porque no nos contaban.
Como afirmaba Tilly, la modernidad es la fuerza del número. La modernidad que fue, y arrebatada, en la basura.
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