sábado, 1 de octubre de 2022

Hágase la Luz

Sin relación con el argumento, ligeramente inquietante, las series de televisión islandesas deprimen por las tonalidades de la luz o su ausencia. Para que después se ningunee el mérito de los directores de fotografía. Transmiten sensaciones de país y norte, transmiten sensaciones de días que no valen la pena y gente que no rige. 
Hoy al despertarme abrí todas las persianas con prisa. Necesitaba alejarme de las fotografías, impregnarme de luz en mis ojos que la sufren. Valerie June ofició de Nina Simone contemporánea, café y tostadas marcaron un día sin preocupaciones y dieta.
Rusia se expandió y perdió territorio al mismo tiempo en la inauguración de sus nuevas fronteras. Al menos, los medios rusos no mienten demasiado en las derrotas, haciendo gala de espíritu melancólico. El alma rusa. La literatura. El amor a la supervivencia, disfrazado en capas y capas.
Valerie June canta sobre los colores. Vuelvo a mi café y a mis tostadas, a la vivencia intrascendente y antiagónica de esta mañana. La guerra que sí tiene lugar se escapa brevemente por las coordenadas oblicuas del horizonte que dejan entrever las cortinas abiertas, que debo quitar y poner en la lavadora. Odio las cortinas, por cierto.  

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