lunes, 15 de octubre de 2012

UN DOBLE PIVOTE

En algún momento de los noventa, futbolísticamente se puso de moda el doble pivote. Consistía en jugar con dos mediocentros: En su versión standard, un mediocentro más bien defensivo y un mediocentro más bien ofensivo. En otra versión desgraciadamente frecuente, indigna de la pulcritud de la pizarra, dos mediocentros defensivos, torpones, unos tuercebotas.
Antes de su degeneración, el doble pivote funcionaba porque establecía una fórmula que daba cohesión al equipo. Por eso, a Gattuso, Andrés Montes le llamaba, no en vano, pegamento Gattuso.
Las alineaciones musicales de los grupos que nos importan tienen problemas comunes a las de los equipos de fútbol. Los gustos musicales tienden de forma casi natural al eclecticismo y la dispersión, no acaban de mezclar por sí solos. Para construirse con coherencia, explicarse, explicitarse, necesitan un pivote o doble pivote, un centro de gravedad oculto. Es decir, un par de bandas carentes de espectacularidad que den solidez al conjunto.
Grupos de garage rock como los Fleshtones, Cynics, o de aussie rock como los Saints, lucen bien como mediocentros defensivos rocosos. Contundencia sin pretenciosidad ni artificio; pura argamasa.
Para mediocentro ofensivo, en cambio, mejor alguien de la escuela de los Faces o los Stones, que prime la efusividad por encima de todo, como mis adorados Dogs D´Amour, o Georgia Satellites. Nuestro second best al que no renunciaríamos.
Claro que, durante la apoteosis del doble pivote, el Deportivo tenía como mediocentro defensivo a Mauro Silva, lo que era una bendita trampa a la teoría, porque además de hacer de muro infranqueable, todo el fútbol del equipo pasaba por él. Como si yo, en mi doble pivote musical, en el lugar reservado a una banda oscura y sin brillo aparente pusiese a los Cramps. The Cramps eran oscuros y refulgían al mismo tiempo, atacaban y defendían, se quemaban y volvían. Una anomalía heroica. No los olvides nunca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Non sei nada sobre fútbol e os meus gustos musicais achéganse nun 0% aos que describes. Pero está escrito con tal brío que convence!

Anónimo dijo...

Eu tampouco sei nada de fútbol. E o resto, é máis ben mérito de Lester Bangs vía revista Popular 1 dos bos tempos. Aprendín deles a escribir así de música, con ese espírito...