Ahora que Nirvana han trascendido todos los géneros para convertirse en martirologio antiguo, icono desactivado; ahora que Soundgarden vuelven cuando "Badmotorfinger" fue la excepción y no la regla; ahora que Pearl Jam nunca se han ido pero a quien le importa lo más mínimo... Se impone reivindicar a los olvidados del grunge: Paw. Los buenos de verdad, con "Jessie" de estandarte, una de las mejores canciones grabadas en 1993. No tuvieron suerte ni para permanecer en el underground, ni para ser objeto de recuperación en ciertas catacumbas forjadas con el fin de aclamar a Paw como un secreto.
Extraña escena en la que la fidelidad quintaesencial de Mudhoney tampoco construyó templos ni catedrales sino exclusivamente subsistencias.
Y, poliédrico como cualquier recopilación, en el saco del grunge cupieron también los Screaming Trees, de los que quedó para la posteridad la promocionada genialidad de Mark Lanegan. Cuando el que en realidad se dejaba el alma en los Screaming Trees era Gary Lee Conner. ¿Quién? El guitarrista, y solo hace falta darle unos minutos a su actual banda, Microdot Gnome, y comprobarlo.
En lo que sí existirá más consenso es en que nunca saldrá de Seattle nada que supere al solitario disco de Temple of Dog. O que cualquier cuestionamiento a Alice in Chains palidece ante "Facelift" y "Dirt".
O, finalmente, que ni siquiera el hype y la MTV pudieron matar esas guitarras pesadísimas y esas ansias de vociferar que el mundo no valía la pena.
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