domingo, 29 de noviembre de 2009

LLEGAR A "HARVEST"

Mezcla de vergüenza y paradoja. El mayor fan de Neil Young en bastantes kilómetros cuadrados de perímetro, y nunca había escuchado "Harvest" completo. No me lo imaginaba así, pensaba en esas canciones ya degustadas en tomas de directo como el Neil Young acústico, guitarra, voz y armónica, estimable pero, para mí, un Neil Young menor que palidece frente al huracán eléctrico de Crazy Horse, la mejor banda que se haya subido a un escenario. El Neil acústico, una derivación de un "Déjà Vu" que nunca comprendí, amalgama de Crosby, Stills, Nash & Young, dos canciones tú, otras dos yo, aquí un espacio común, etc.
"Harvest" no tiene nada que ver con eso. En estos tiempos en los que cualquiera armado con una guitarra acústica y un adjetivo en plan neofolk, antifolk, psych-folk o loqueseafolk es reverenciado desde las revistas de tendencias, hace falta re-visitar hallazgos como "Harvest", en los que los temas no se encuentran expresados en su versión desnuda, simplificada, sino acompañados de una instrumentación elegante, ni minimalista ni recargada; donde a cada canción se le da su orquestación necesaria, lo que se merece para alcanzar la sensibilidad perseguida, conjugando sencillez y exuberancia sin contradicción aparente.
No volver a "Harvest", llegar a "Harvest". Camino recorrido sin saberlo. Ítaca inesperada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El camnino recto, el camino de la guitarra eléctrica.