Mis gafas rotas, simbolizando el final de algo. Los cristales algo rallados pero funcionales. El lateral remendado con tiras de celo. Pongo el celo cada mañana porque se desajusta. En realidad no pongo el celo cada mañana, sino que me coloco las lentes de cualquier manera. La decadencia. No quiero gafas nuevas para mi vida a extinguir. No quiero gafas nuevas ni nada que me lleve a ver mejor esta depresión rotunda de país que no se va de dentro.
Hace demasiado calor para pensar más en ello, o para pensar más en cualquier cosa... Grados y grados para enseñar los climas por los que debe pasar el ser humano. Muchos climas ajenos, pocos climas propios. El clima impone su ritmo, su falta de ritmo, su gran aversión al movimiento.
Las gafas rotas, mi alma por salvar.
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