lunes, 1 de octubre de 2018

SEMANA: 1. MES: OCTUBRE

En mi oficina del paro, el aparato que da los números se estropeó hace meses. Hay que hacer cola. Hoy, tocó una larga cola. Fue un poco humillante. Poco espacio y tensión implícita. Los parados vivimos en esa tensión implícita. Desde que cambió el Gobierno, cada vez hay más gente. Desde que cambió el Gobierno, y esto tiene que ser casualidad porque la oficina no depende de la administración central, cada vez te tratan peor. Tratan mal a la gente. O la tratan con una suficiencia insufrible. A mí no tuvieron oportunidad, no dije ni palabra. Alargué los documentos con el brazo y mascullé buenos días. Después volví a casa y enfermé. Enfermé realmente, el resto del día. [***** ^^^^^^^^, ojalá revienten]
La mañana y la tarde sobreviviendo a ese malestar físico nacido en el alma. Completando las tareas de la jornada, apuntadas secuencialmente en un papel doblado en mi bolsillo. Esos papeles que rememoran mi nulidad cotidiana. Como tenía una excusa para no hacerlo, decidí hacerlo. Todas las estúpidas tareas amontonadas. Mientras el paro enfermaba mi cuerpo y mis neuronas, precarias, unas fatigadas y otras en desbandada.
Escucho "Physical Graffiti". No recuerdo haberlo escuchado como tal disco, antes. Pero lo pongo y, sin haberlo escuchado, lo he escuchado. De "In My Time of Dying", ese viejo gospel de alguien que no quiere morirse, a la final "Sick Again". Se hizo en 1975. En vinilo negro que nunca te abandonará.

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