lunes, 17 de diciembre de 2012

LA AGONÍA DE LOS HERMANOS MUSULMANES

No es un problema que una Constitución acuda a la sharia como valor inspirador del ordenamiento jurídico o fuente de legitimación del poder político. Fundar una Constitución en la sharia significa exactamente lo mismo que fundarla en el Estado Social y Democrático de Derecho: una promesa que no se sustancia, una oportunidad perdida para la justicia. Porque en un islam mayoritariamente descentralizado (sunna) o en un islam policéntrico y paritario (shia), la sharia era la encarnación teológica de la umma, la voluntad trascendente de la comunidad de creyentes. Rousseau en otros idiomas.
El problema entonces no es la sharia, sino las malas Constituciones indistinguibles unas de otras, los pueblos engañados, las organizaciones políticas que se traicionan y sólo buscan el ejercicio arbitrario de la autoridad, el poder como medio y como fin, la náusea opresora de todos los días.
Los Hermanos Musulmanes hicieron una elección. Dentro de sus filas, entre los humildes y los arrogantes, y se quedaron fuera los humildes. De entre sus enemigos, entre el enemigo cercano y el enemigo lejano, y se desembarazaron enemigo cercano y, ya encumbrados, se aliaron con el enemigo lejano.
Las ideologías tienen naturaleza híbrida y carácter polimórfico. Todas ellas. Nada más lejos de una esencia estática e inmutable que una ideología. El islamismo era una ideología, o incluso varias ideologías concomitantes y sucesivas. Tuvo su fase anticolonial con el inolvidable Hassan Al-Banna; su fase más conservadora y reaccionaria en el enfrentamiento con el nacionalismo panárabe; su fase colectivista con el socialismo islámico de Mussa Sadr, Ali Shariati y tantos otros; su fase antidictatorial en la oposición a Mubarak, Ben Ali, Saleh y los tiranos postcoloniales; su fase reformista con Tariq Ramadan y su fascinante relectura unificadora...
El islamismo nunca lució más alto que ahora y nunca fue tan pobre. Pobreza de espíritu como la de Hamas hablando de victorias diplomáticas abrazando la terminología de Al Fatah, conspirando contra la República Árabe de Siria en la que obtuvo abrigo y refugio, haciendo ostentación de los cohetes y misiles con los que resistió a Israel, sin mencionar jamás que esos misiles fueron brindados por la República Islámica de Irán a la que fustiga.
Vendrá otra hermenéutica del islam y otro islamismo. Siempre ha sido así. Volverá la fe de la resistencia y se irá la caricatura de la fe de las mazmorras.  

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